Soy un autentico desastre. De esos que dejan las cosas a medias, de las que llegan tarde, de las que se olvidan de fechas importantes, de las que no pierden la cabeza porque la tienen pegada al cuerpo.
Un metro cincuenta y dos de mal genio, un metro cincuenta y dos de locura. En muchas ocasiones, un metro cincuenta y dos de inocencia.
Soy intensidad, soy revolución, soy como un puto rayo. Siempre me he definido a mi misma de esa manera, como un rayo que no sabes donde va a caer pero que cuando lo hace, guau, puede destrozar más de lo esperado. Y eso que si lo piensas, solo es un cumulo de energía que se descarga en milésimas de segundo.
¿Cuánta luz puede desprender un rayo en esas milésimas?