lunes, 8 de febrero de 2016

Siempre tú

Ya, puede que sea un poco rara. Un día me verás llorando por los suelos. Y al día siguiente dando saltos de alegría. 

Por las mañanas puedo ser la mas odiosa que conozcas. Y por las tardes la más encantadora. Mis sonrisas te pueden embobar. Pero tengo miradas que espantan.

Habrá días que estaré contigo 24 horas. Abrazándote, agobiándote, haciéndote reír. Otros, sin embargo, notarás que no estoy aquí. Que nada me incumbe. Y que nadie tiene que ver conmigo. Esos días te aconsejo que no te esfuerces ni en tocarme. Con el tiempo verás que soy de extremos. Que conmigo es blanco o negro. Que el gris para mi no existe. O te quiero o te odio. O algo me gusta o no puedo ni verlo. O me da igual todo o todo me 
influye. 

También te darás cuenta de que me doy entera a todo. Que las cosas, cuando decido hacerlas, las hago dando todo de mi, dejando en ellas sudor y lagrimas. Aunque también muchas veces me equivoco. Que cuando lloro, lloro hasta la última lagrima. Y cuando me río se me sale toda la fuerza en una carcajada. Que cuando me enfado, me enfado. Y cuando beso... ay, cuando beso.

Después de darte cuenta de todo eso, sabrás, si eres un poco inteligente, que cualquier día, a cualquier hora, me puedo ir de tu vida tal y como llegué. Sin esperarlo, con fuerza y de repente. Para ese día ya habrás descubierto que es inevitable cogerme cariño. Pero no te preocupes. Cuando me vaya ya me conocerás lo suficiente y sabrás que hacer para que vuelva. Si no lo sabes todavía...